El concierto de La Oreja de Van Gogh, el martes 22 en el auditorio de La Isla puso fin a la pausa de dos años que había en Mérida en los espectáculos masivos debido a la pandemia de Covid-19.
Los dos mil espectadores (por protocolo sanitario sólo se permitió el 60% de la capacidad del foro) se entregaron de principio a fin en el concierto organizado por la empresa Escena Producciones. No era para menos, dos años sin disfrutar en vivo de su artista favorito, hicieron que las emociones de los presentes estuvieran a flor de piel.
Y así fue desde que la banda salió al escenario, interpretando «Como un par de girasoles» hasta que se despidió con uno de sus más grandes éxitos: «Cometas por el cielo».
En las casi dos horas que duró el show, el público cantó, bailo, grabó videos, tomó fotos, y quizá olvidó los estragos de la contingencia, pues los asistentes no podía ocultar su felicidad ingresando al recinto.
Para entrar fue necesario pasar por varios filtros, como tomarse la temperatura o aplicarse gel antibacterial. Por supuesto, fue necesario presentar, además del boleto, el comprobante de vacunación contra el Covid-19. La gente lo tomó con calma, todo con tal de disfrutar de un concierto presencial, luego de dos años de pandemia.Una vez adentro del foro, todo se volvió música y canciones. «Verano», «Diciembre», «Muñeca de trapo», «Deseos de cosas imposibles», «La niña que llora en tus fiestas» fueron otros temas que la banda española interpretó.
«Rosas», «La playa» y «Jueves» fueron de las más coreadas hasta que llegó el turno de «Abrázame» con la que la banda se despidió, tras exhibir una manta con la leyenda: «Abrázame Mérida».Pero ante el unísono grito de ¡otra, otra!, el grupo regresó al escenario para cantar «20 de enero» y «Cometas por el cielo», haciendo del lugar una auténtica locura que remataron con una selfie con los asistentes de fondo.